En una reunion reciente acerca de la conservación de la naturaleza, alguien planteaba la necesidad de dejar de pensar en la biodiversidad, y empezar a priorizar la conservación el agua. ¿En qué se basa este criterio? En que no está clara la importancia que tiene para el hombre la conservación de cada una de las especies del planeta. Sin embargo, es innegable la importancia del agua para la vida. Y como para conservar el ag
ua es importante conservar el bosque, y muchas especies viven en él, la protección de los árboles contribuye también a proteger otras formas de vida silvestre, con lo cual estamos pensando indirectamente en la biodiversidad…
Me parece importante orientar las experiencias turísticas no sólo hacia la naturaleza, sino también hacia nosotros mismos. ¿Qué sentimos? (hoy alguien me comentó que le había impactado el silencio de la naturaleza, por ejemplo) ¿Qué pensamos acerca del modo en que nos relacionamos con la naturaleza? ¿Cómo podemos trasladar nuestro aprendizaje en la naturaleza a un comportamiento ambientalmente responsable en nuestra vida cotidiana?
¿Cómo pueden orientarnos las experiencias turísticas en la búsqueda de nuestros valores en relación con la naturaleza, y también con otras personas? Un guía o intérprete ambiental debe ser, a mi juicio, una persona que promueva la reflexión en los visitantes, a fin de que no dejen el destino turístico con respuestas, sino con preguntas acerca de la vida que quieren para ellos mismos, para el prójimo y para el planeta que habitan (por lo demás, el único planeta posible, al menos por el momento).
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